sábado, 10 de marzo de 2007

¡Mucho Gusto Señor Gusano!

-¡Esto no va a funcionar!- me dije, mientras elevaba temblorosa mi mano de 16 años para llamar a la puerta de quien entonces era algo así como mi andante. Marcela tenía 17 y no se asumía lesbiana, cosa que de mi yo siempre supe, sólo que recién a los 12 le supe el nombre.

Me presentó a su madre y a su hermana, me mostró su taller de pintura, su habitación, fotos, libros, dibujos...., como si de esa manera evitase intimidades comprometedoras.

A las dos horas de evasivas quise marcharme, se oscurecería, el barrio peligroso y mi casa quedaba a 45 min. en micro, y estaba en eso, cuando irrumpe su madre y con habilidad me convence para quedarme a la once, le hacía tan bien a su hija tener nuevas amigas...

– ... es que como la Marcelita se tuvo de ir del otro colegio...- Agregó la señora mientras nos pasaba una bolsa y plata para comprar pan.

Y fuimos.

– ¡ Esto no va a funcionar!- pensé, cuando en un nuevo intento por conversar topamos con una vecina y luego con el monitor de catecismo, según me dijo, quien “gentilmente” nos acompañó de vuelta hasta la casa.- ¡¡Definitivo, no va a funcionar!!- insistí mentalmente, cuando vi a Don Manuel, el papá de Marcela, que ya había llegado a casa cuando volvimos.

Mamá e hijas dispusieron todo y nos sentamos a la mesa, el hombre en la cabecera, su señora a la derecha, Marcela, la mayor, a la derecha de la madre, la hija menor a la izquierda del padre. Yo... frente al papá.

Intenté relajarme y al rato probé entrar en conversación:

-¡Qué bueno que hayan hecho un parque ahí en Vespucio...! ¡Quedó lindo!- dije por decir algo.
-Sí, el Parque La Bandera fue uno de los primeros proyectos del Gobierno cuando volvió la democracia- Dijo el papá de Marcela.
- Yo recuerdo que cuando más chica todo eso era un tierral.-
- Sí, era horrible el sol y el polvo para las protestas contra la dictadura.- Agregó mientras la señora le servía otra taza de té.

- Se nota que el viejo es de izquierda...- pensé- ¡¡Esta es mi oportunidad para ganar terreno!!- Y acepté un segundo café.

Marcela, su hermana ni su madre intervenían en la conversación sin embargo se veían relajadas.

- ¿Y se acuerda de aquella gran concentración que se hizo en el parque?, parece que fue el ’87..., recién habían retornado del exilio los Illapu, y tocaron Los Prisioneros... fue una de las más grandes...- Don Manuel seguramente la recordaría. Decenas de miles habíamos llegado reafirmar y manifestar nuestro firme rechazo y lucha contra la dictadura.
- ¡¡¡Sí, esa concentración fue increíble!!!....Fuimos la Carmen y yo, porque las niñas todavía estaban chicas...- Comentó y acto seguido nos entregamos al recuerdo. Las gentes en las azoteas, el mar humano, las miles de banderas de colores, las consignas, las canciones, los discursos... la esperanza.

- ... Y cuando empezábamos “¡EL QUE NO SALTA ES PINOCHET!, ¡EL QUE NO SALTA ES PINOCHET!...”, ¡con tanto salto no se podía ni respirar del polvo que había....! –

Lo estaba consiguiendo... Risas generales, Don Manuel, el suegro contaba detalles a sus hijas y yo, complementaba sus recuerdos con los míos... los brigadistas con sus tambores y sus cajas, “La Ramona Parra” con sus murales...

Mi desánimo previo por la ya improbable relación entre Marcela y yo había desaparecido. Estaba en mi terreno ahora, contaba historias, mostraba mis plumas... me hacía más hermosa.

- Y cómo no acordarse...- proseguí entusiasmada con mis cartas ganadoras, -... ¿cómo no acordarse, igual que en todas las concentraciones, cuando aparecieron las banderas azules con la flecha roja?...-
- La Democracia Cristiana- Explicó el suegro.
- ¡Sí poh, los de la DC!-
Y continué:
- Igual que en todas las concentraciones, esa vez apenas los vimos todos empezamos a gritarles..- aclaré la garganta y ensayé una voz que fuera muchas voces - ¡¡GUSANOS, GUSANOS, DEMÓCRATA CRISTIANOS!! ¡¡GUSANOS, GUSANOS, DEMÓCRATA CRISTIANOS!!-

Marcela, su madre y su hermana fijaron su mirada en mi y triunfante repetí:

-¡GUSANOS, GUSANOS, DEMÓCRATA CRISTIANOS!- No hubo respuesta.
Marcela tosió, su hermana se acomodaba en la silla, su madre sostenía la taza de té sin llevársela a la boca y el suegro, me miraba con seriedad. Un minuto de eterno silencio cayó sobre la mesa.
Don Manuel finalmente tomó una gran bocanada de aire y con voz grave y lenta dice:

- En esta casa todos somos militantes Demócrata Cristianos-

Momento de retirarse. Ya sabía yo que no iba a funcionar.

- ¡¡Ha sido un gusto hablar con Ud..., Señor Gusano!!-.
*Esta historia es real y de verdad me pasó. Cambié los nombres para cuidar la identidad de los involucrados, jeje...

4 comentarios:

Juan Eduardo Avar dijo...

angelina... veo que le fue muy bien en el congreso. Felicitaciones!!! te invito a leer mi blog y a darme tu opinion. En realidad no se cual es tu creo, pero aunque fueras atea tendras una acertada y sabia opinion al respeto.
Te envio miles de abrazos y besotes desde Italia!!!
P.d: Si puedes publicitar mi blog yo encantado.
Ciao cara

Suma Voluptas dijo...

Hola Angelina, Soy la del blog que antes se llamaba http://piensaclitriba.blogspot.com/ en todo caso he cambiado de blog ok y cuando lo tenga listo te envio el nuevo, por ahora vayámonos comunicándo por msn, ok el mio es klang_251204@hotmail.com
entré al tuyo y tiene muy buenos textos!

Anónimo dijo...

La politica siempre nos apasiona y debes en cuando nos hace meternos en líos, me ha gustado tu historia, acá en Ecuador tenemos un lema:
No mas queso a las ratas del Congreso!!

Unknown dijo...

Uuuuuuuf, gusanos.....

No convienen de suegros.
Un saludo! pasé por tu blog debido a lo de las clases de tango, y bueno, como tengo ganas de ir, a ver si coordino con mi pareja. Se ve muy bueno!

Pilar